Pobres sufrientes adictos;
debemos ayudarles
por el bien común
y sacrificarnos
por su bienestar.
La adicción arrasa nuestra sociedad
y la hace más humana y propensa a errar.
Pobres pudientes adictos,
que persiguen su consumo
porque no conocen otra cosa,
y su miedo se alboroza.
Debemos apoyarlos
y tratar sus adicciones
que, por algún motivo u otro,
les han llevado al acopio
de números periódicos
que inflaman de dígitos sus cuentas bancarias
e infectan de activos sus acciones.
Debemos cooperar,
debemos actuar;
por los pobres sufrientes adictos
enganchados a un encefalograma numérico
que les cuesta la vida,
ya que la vida cuesta
si no tratamos
la enfermedad
del pobre sufriente adicto
que tiembla de megalomanía
y vomita en la Bolsa cada día.
Pobres sufrientes adictos
que buscan un remedio
a su enfermedad
y nadie
se lo puede costear.