“Un barco de regalo”, Peter Dickinson
Original en inglés “The Gift Boat”
Traducción: Isabel Núñez Salmerón
Ediciones Salamandra, 2006
“Un barco de regalo”, escrita por el autor británico Peter Dickinson, es una narración sobre la importancia de los lazos afectivos en una determinante etapa de la vida como es la infancia. La novela trata la historia del muchacho Gavin y de su abuelo, un ingeniero naval ya retirado que insufla en su nieto un imaginario imborrable. Abuelo y nieto salen a pescar con frecuencia al rompeolas del puerto, donde el veterano ingeniero apasionado de los barcos comparte tiempo con Gavin mientras le explica las mejores historias sobre barcos y sobre enigmáticos animales marinos. Les acompaña en sus sesiones de pesca el insípido perro Dodgem como testigo de su fuerte complicidad. Pero hay otro testigo que aparece, sin esperarlo, en el transcurso de una de sus jornadas de pesca: se trata de una foca de ojos grandes y redondos que emerge a la superficie y mira fijamente al niño. Poco después, Gavin se dará cuenta de que aquella criatura que había decidido asomarse no es otra que una selkie, una foca humana siempre vigilante que se revelará imprescindible para el niño cuando este la necesite.
Una tarde, cuando abuelo y nieto se hallan reunidos en el dormitorio acabando de ultimar la maqueta de barco que el veterano le está construyendo, el anciano sufre, de repente, un severo ataque de hemiplejía que exigirá la reacción inmediata de Gavin. El ingreso del abuelo y las idas y venidas al hospital serán, a partir de entonces, el puntal sobre el cual se soporta la vida de Gavin, para quien la familia y amigos pasan a un absoluto segundo plano. Las energías estarán centradas exclusivamente en la recuperación del abuelo. Pero toda la ternura y dedicación de Gavin –con ayuda de las enfermeras y fisioterapeutas– no serán suficientes para tomar el contacto necesario que necesita su abuelo. Acceder y despertar su conciencia se convierten en su única razón de vivir. Pero las posibilidades de recuperación son más exiguas día tras día y el joven se encuentra cada vez más exhausto. Cuando todo parece perdido, Gavin tiene una revelación. Se lo juega a todo o a nada, pero tiene que intentarlo, así que echa mano de Selkie, su recién bautizada maqueta de barco, con la que emprenderá el viaje definitivo.
“Un barco de regalo” es una obra de exquisita sencillez, donde lo poco que pasa es, en realidad, lo verdaderamente interesante. Una trama sobre la ausencia paterna, sobre los vínculos imprescindibles, sobre dos fuerzas contrapuestas que se nutren y complementan, sobre el mapa del tesoro del imaginario que nos rescata del ahogo existencial. La ternura se cuela entre cada línea de la historia, donde vemos con realismo a los personajes, con los ojos que no engañan.
La obra, no por ahondar en la conciencia de un niño debe ser catalogada como juvenil, y mucho más allá de ese matiz, describe uno de los males de nuestro tiempo: la falta de tiempo, de tiempo real entre las personas.