¿Eres traductor? Seguro que la música no es ajena a tu actividad. Tu actividad no es física; lo único que se mueve compulsivamente son tus falanges quisquillosas. Sólo sudas cuando no llegas al plazo de entrega (pero ese es un problema tuyo, yo aquí no te lo voy a solucionar).
Si escuchas música con tus auriculares antes, después o mientras traduces, tienes que seguir leyendo. Todo traductor sabe que, aunque hagamos una pausa, la traducción nos persigue y no dejamos de darle vueltas hasta que la entregamos. Quizá es el momento de escuchar una canción y empezar de nuevo. La nutrición musical ayuda a que las palabras se deslicen y la inspiración fluya. Este decálogo te ayudará a traducir más y mejor. También es cierto que cada traductor tiene sus requisitos de concentración. Hay traductores que necesitan silencio. Otros quieren ruido. Otros prefieren música ambiente. En cualquier caso, la música nos coloca en un estado, y a menudo ese estado coincide con el estado del texto. Si no eres de los que escuchan música mientras traduce, anótate igualmente este decálogo para otras situaciones. Si eres de los traductores que escucha música sólo en determinados momentos de la traducción y el resto es silencio, sírvete del apartado que más te interese. Si no escuchas música ahora mismo porque no estás animado, sencillamente no hay compañía más respetuosa que la del precioso silencio. Si no escuchas música nunca bajo ninguna circunstancia, eres raro.
Pero volvamos a nuestro decálogo: Nada nos aparta de nuestro objetivo, que es el de traducir bien. Pero además, podemos apoyarnos en ella -la música-, para que invite a las musas y nos peguemos una fiesta de letras y sonidos.
Nuestro decálogo musical atiende a diversos objetivos según tipos de texto. Ponte los auriculares y a traducir.
1. Para inspirarte antes de traducir: “Kimberly”, Patti Smith
2. Para traducir diálogos tensos. Saca la rabia: “Hall of Mirrors”, de Distillers
3. Para traducir pasajes descriptivos densos como la hierba de metro y medio. Abre la percepción con Melody Bardot
4. Para traducir textos trágicos que requieren que saques tus entrañas traductoriles: “Dich zu töten fiel mir schwer” Lacrimosa
5. Para traducir pasajes llenos de dobles sentidos: Pj Harvey “The Words that Maketh Murder”
6. Para traducir textos llenos de acción y movimiento que te obligan a situarte en un estado optimista: Bela Fleck
7. Para aumentar tu velocidad de traducción: «Perro traidor«, de Saratoga
8. Para traducir textos de amor no exentos de drama: «I need a man to love”, de Janis Joplin
9. Para que no decaiga el ritmo traductoril: Weather Report
10. Para traducir cómic y humor: «The walking bass«, de John Clayton
Epílogo
10a.Para la recta final, cuando estás al borde del delirio: Las Grecas
Perfecto, Victoria. Buenísimo. Me lo escucharé todo. (Me encanta la 5). Un abrazo.