He cambiado…

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He cambiado mi viejo atril

por un vocablo alado

-llamado pluma en su lenguaje común.

Insuflo tinta

en su espina dorsal

y a ella dedico

estos díscolos versos,

que resbalan

de la corteza de mi yema

y emborronan

el papel.

He pensado -también-

en llevarla siempre conmigo

y así poder inspirar

el oxígeno eterno de la palabra.

Pero después me he cabreado

al darme cuenta de que no es posible;

de que el oxígeno de la palabra

no dura eternamente.

Por si acaso la usaré

en aras a la resurrección de la armadura de lo escrito,

para poder gritarlo

y dedicarme a seguir su trazo

y -casi nunca- desviarme.

De nuevo vuelvo a estar contenta

al haberlo comprobado:

el mueble repele la piel de tinta,

que en la carne humana penetra y la deja encinta

hacia la perpetuidad de las palabras.

2015-03-04 15.11.25

Una respuesta a “He cambiado…”

  1. […] me doy cuenta de que el urco era otra cosa. Era el deseo de siempre, que llama a sus […]

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