Tanto widget no se nota

Las notas manuscritas (tanto en formato post-it como en hoja de papel) son las alas del mensaje que pide ser leído. El 10 de enero, el redactor Barnaby Benson firmaba un artículo en theguardian, que titulaba así: “Vivimos en un mundo digital, pero la nota manuscrita no ha pasado a un segundo plano”.

Benson recoge los resultados de un estudio reciente que muestra que una nota escrita en post-it  sobre una encuesta incrementa en un 78% las posibilidades de ser completada. Así, es más probable que la persona rellene la encuesta si ve una nota escrita encima de la misma, pues el destinatario interpretaría  -indirectamente- un esfuerzo extra por parte del demandante.

¿Será que nuestros ojos disciernen, de vez en cuando, lo importante de lo superfluo?

 

Las notas, según Benson, tienen un código idiosincrásico y son fruto de un momento irrepetible y único. Los mensajes de texto, twitter y otros tipos de mensajería instantánea son revisitables, públicos (incluso manipulables). La nota no. La nota se deja encerrar en la esfera de lo privado.

Notes reveal. They cut through normal inhibition because they’re informal yet the fact they’ve been handwritten makes them personal and intense.

“Las notas -avanza el redactor- revelan. Atraviesan la habitual inhibición porque son informales y por el mismo hecho de estar escritas a mano cobran intensidad y una dimensión personal”.

Y no sólo eso: las notas están empapadas de contexto (como una buena traducción): por la velocidad del momento, por la situación. Se nota lo que está pasando cuando se escribe una nota; la impaciencia o la recreación de la letra manuscrita se observan por detrás, del mismo modo que, al ser leída, su mensaje va directo al cerebro. ¡Pero dejémonos de romanticismos! La nota manuscrita, como género, se caracteriza por la brevedad y así nos lo define el autor del artículo. La brevedad define el medio, y todo lo que escape a esa convenida brevedad se acerca más a otro tipo de género textual (notas de suicidio, notas de aviso, notas de arrepentimiento; notas de confesión o de exhortación… ¿nos estamos acercando al género epistolar? Ahora no es el momento: me lo anoto). En efecto, según Benson: “Cualquier [texto] que se extienda más allá de dos párrafos o de cien palabras no  debe considerarse nota”

Brevity is what defines the medium. There are exceptions: resignation notes, suicide notes, apologies, warnings, recommendations can all be quite long. But as these tend to require too much detail to be true notes they are better considered letters, notices, memos or even essays. Anything over a couple of paragraphs or a hundred words can’t really be considered a note.

¡Bien! Ya tenemos definido el género… hablemos ahora de los sentidos. La nota es de papel (¿liso?, ¿rugoso?, ¿mojado?, ¿crujiente?): exige un tacto; se palpa. Escritas en papel, las notas tienen sustancia y forma:

Finally, the note gains more heft than the digital alternatives by being written on paper. It has substance and form.

Es la esencia del tacto de la nota y su significado lo que te empuja a guardarla con recelo, a romperla a trizas, a colgarla en la pared o a tirarla a la basura. El artículo termina así:

With handwritten communiques of any kind so rare these days, the humble note is still a reliable way to command our attention.

La humilde nota sigue siendo una manera sólida de dirigir nuestra atención.

Las notas: sobre la almohada, en la nevera, en la oficina o en la bañera. Las notas congelan el momento irrepetible, que sabemos que no volverá. Las notas ocres nos ponen melancólicos y, las recién escritas, avanzan una respuesta.

Escribamos notas. ¿¿Notitas?? Notas cursis o estúpidas. Arrogantes o auto-exculpadoras. Notas para uno mismo, notas para los demás. No necesitan gran logística y, sin embargo, vuelan hacia su inadvertido receptor.

Fuentes

 

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Acerca de Vicky Martín

Vicky Martín (Barcelona, 1982) es escritora y traductora. Reside en Barcelona, donde imparte talleres de escritura y ofrece sesiones de cuentacuentos. Escribe novela de fantasía, poesía y relato corto y ha publicado traducciones, poemarios y reseñas literarias para diferentes editoriales y revistas (A les Barriades!, 2013; Barcelona Review, 2016).
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