Todos los pensamientos
que tuviste antes de morir
se guardaron en una caja
que abro antes de dormir.
Y sobre ellos fantasmeo,
pensando en lo que habrás pensado,
“Qué dirá la gente,
semejante accidente”.
Y así me entretengo
mientras te retengo
en una película incandescente
de recuerdos.
También me gusta
verte en otras caras
y en otras gafas
y pensar que son mini-clones tuyos
que intentan emularte,
aunque sin gracia.