El paro es muy malo,
el paro …. -también llamado desempleo…-
es malísimo.
Lo peor del paro, lo peor de verdad, es la desocupación.
Cuando estás desocupado, te ocupas de otras cosas.
Cuando estás desocupado, otras cosas te ocupan.
La gente piensa que, los que están en paro, están parados.
La gente piensa -se lo cree-,
que el paro afecta
que el paro aumenta…
pero la gente se equivoca:
los que están en paro, no paran.
Y eso no lo sabe la gente.
Lo que no tampoco sabe la gente es cuánto baja el paro.
Son muchos. Muchísimos.
Muchísimos parados, que no paran ni un segundo.
Tantos tantos parados que viven en sus pequeñas casas, y que, durante largas horas al día,
en algo se están ocupando.
Tantos parados que, desde sus diminutos pozos
y estrechos pasillos
y negras almohadas
y oxidados umbrales;
desde sus crujientes cortinas de manteca
no paran ni un segundo,
ni un segundo paran,
-ni lo harán-
de pensar,
… lo que es aún peor: es peligroso.
Y tanto.